María José Gil es una de las psicólogas que trabajan en el equipo técnico de nuestra asociación, donde empezó en el año 2007, aunque ya fue voluntaria de las Colonias de Verano varias años antes. La experiencia le enganchó. En esta entrevista nos destaca la importancia del trabajo que realizan los profesionales y equipo técnico de Nuevo Futuro Sevilla, vital para el día a día de los menores acogidos y que la sociedad no conoce tan a fondo.

¿En qué consiste tu trabajo en Nuevo Futuro Sevilla?

Soy psicóloga del equipo técnico de los hogares de acogida de Nuevo Futuro en Sevilla, y trabajo de forma conjunta con una trabajadora social. Nos encargamos de dos hogares concretos, los de Espartinas y Camas, y nuestro trabajo está supervisado por la directora de estos centros. El trabajo del equipo técnico consiste en el seguimiento de los menores que entran en estos centros. En mi caso, me encargo de analizar la adaptación a nivel psicológico de los niños al centro. En primer lugar, hacemos un estudio del caso que nos llega desde el Servicio de Protección de Menores, sobre su situación familiar, si es un niño que viene de otro centro o que viene directamente desde la familia, etc., y vemos cómo vamos a actuar y cuál sería el plan de intervención a desarrollar. Este plan se coordina con el Servicio de Protección de Menores, para ver las particularidades de caso. Así, si es un niño que viene con vistas a una acogida familiar, pues trabajar con él de una manera, si es un niño que va a tener una reinserción familiar o un largo internamiento y va a estar con nosotros previsiblemente hasta los 18 años, trabajar con él en otros aspectos, etc. Vamos viendo cómo actuar con cada niño en concreto y lo hacemos conjuntamente. En este trabajo es fundamental estar en consonancia tanto la trabajadora social como la psicóloga para la toma de decisiones o las cuestiones que consideramos necesario trasladarle a la directora de los hogares, tenemos que trabajar en equipo.

¿Cuándo empezaste a trabajar aquí y cómo fueron los inicios?

Empecé en el año 2007, cubriendo una baja por maternidad de la psicóloga del otro equipo técnico. Conocía más o menos la asociación, no en profundidad porque no conocía como era el día a día y el trabajo de psicóloga de un centro, pero sí sabía que gestionaban hogares infantiles que tenían residenciales básicos. Me enganchó mucho. A mí me gusta mucho el trabajo en equipo porque estoy acostumbrada a realizar tareas con trabajadores sociales, y para mí tomar las decisiones conjuntamente es una cuestión que me gusta. Tras finalizar mi periodo de suplencia por la baja maternal, Mª Pepa que era la presidenta, me comunicó que desde la Junta de Nuevo Futuro necesitaban crear otro equipo técnico nuevo y me propusieron quedarme.

¿Qué otras experiencias laborales tenías en otras entidades sociales? ¿Habías trabajado ya en este ámbito?

Sí, había trabajado en un punto de encuentro familiar, a través de otra ONG, la asociación Amuvi, que trabajaba con temas de violencia de género. Aunque estaba en un programa puntual con menores y con familias en situaciones de separación, con temas de régimen de visitas y demás. Fue un puesto en el que también tenía contacto con el Servicio de Protección de Menores, pero otro ámbito totalmente diferente (niños que estaban en otros centros de menores, etc.). Siempre he trabajado en el campo social desde que terminé la carrera. Empecé de voluntaria y luego he tenido la oportunidad de trabajar en un puesto u otro, pero relacionado con mi profesión de psicóloga en el plano social.

Además de profesional, es un trabajo plenamente vocacional…

Sí. De hecho, conocía Nuevo Futuro porque en el último año de carrera estuve quince días en sus Colonias de Verano en Chipiona (Cádiz). Fue una de las experiencias que a más me han llenado profesional y personalmente y entonces no pensé que iba a acabar trabajando aquí. El convivir con sus niños, todavía sin tener experiencia alguna y ni siquiera haber hecho todavía mis prácticas de Psicología, fue sensacional. El hecho de estar allí viendo la realidad del día a día de los niños me impactó mucho y fue un antes y un después, incluso para decidir después hacia donde quería dirigir mi profesión.

¿Qué es lo que valoras más del trabajo que realizas? de lo que aportas a Nuevo Futuro?

Es un trabajo duro y difícil por la situación de los menores, sobre todo porque muchas veces te quedas con ganas de poder hacer más, con la sensación de no haber hecho lo suficiente. Hay muchos factores en el trabajo diario con los niños que hacen que por muchos intentos que hagas, por mucha dedicación y esfuerzo que haya de fondo, parece que no ves el resultado. Aun así, cuando algo sale bien, cuando consigues que un niño se adapte bien al centro, que encuentre una motivación en la vida, que encuentre a figuras adultas con las que se vincule, que se integre y progrese en su formación y desarrollo, te sientes muy contenta. Son esos momentos los que te hacen que continúes en tu día a día como psicóloga. Me gusta mi trabajo y pese a los momentos difíciles, esos momentos de felicidad y satisfacción por un buen resultado alcanzado con los menores te llenan mucho.

Es decir, que los momentos de felicidad y satisfacción suplen los momentos más complicados…

Sí, los mejores momentos son aquellos en los que tú estás trabajando como psicóloga, preparando a un niño para un acogimiento, que llega muy reticente y con muchos miedos, que no se quiere vincular a nadie, y que ves que trabajando poco a poco con él se pueden reintegrar, disfrutar de una familia nueva, etc. Las psicólogas estamos durante todo el proceso del acople con la familia acogedora y cuando todo sale bien es maravilloso.

¿Crees que la sociedad conoce realmente la labor social que realiza Nuevo Futuro, a un nivel más profundo? ¿El trabajo que realizan sus profesionales y su equipo técnico?

La percepción es que cada vez se va conociendo un poco más lo que es el trabajo que realiza Nuevo Futuro, aparte de sus actividades habituales y tan conocidas como El Rastrillo. Para nosotros es muy importante El Rastrillo y el resto de eventos y valoramos mucho el trabajo que se hace a ese nivel porque gracias a ello podemos captar fondos que nos permiten cubrir las necesidades de nuestros niños, no las básicas, sino también otras que son fundamentales en el día a día de su vida: ir en verano a campamentos lúdicos, realizar actividades de ocio, etc. Nosotros valoramos muchísimo eso, y todo el trabajo que se realiza desde la dirección de la asociación, con Mónica Gutiérrez al frente. Esa parte es esencial para seguir adelante con la labor social. Sí es verdad que es lo que más se conoce de Nuevo Futuro y que no se conoce tanto lo que es el trabajo en el día a día con los menores, en eso debemos seguir concienciando y trabajando para que se vea todo el trabajo profesional que hay detrás.

¿Qué es lo que más valoras de lo que hace la asociación a nivel general?

Nuevo Futuro gestiona en Sevilla cinco hogares con 40 niños a los que se les da la oportunidad de que su situación cambie y que puedan disponer de una familia, educarse, formarse y optar a un trabajo y un futuro digno, a una vida en la que se integren en la sociedad, Creo que eso es muy importante independientemente del trabajo que ocupemos cada uno. Todos tenemos nuestra función en la asociación y participamos en una manera u otra en que estos niños puedan tener esa posibilidad. Ya seamos el equipo técnico, o los educadores en los hogares infantiles, que son imprescindibles. Ellos están en la primera línea y en el día a día real con los menores y la coordinación con ellos es muy importante, en mi caso ofreciendo pautas de cómo actuar en determinadas situaciones, y cómo abordarlas con los niños. Todos aportamos nuestro granito de arena desde el puesto que ocupamos.

¿Con qué recuerdo o vivencia especial te quedas en estos años trabajando en Nuevo Futuro Sevilla?

Me quedo con aquellos momentos en los que ves que tu trabajo da sus frutos. Por ejemplo, cuando ves que a lo mejor estás trabajando con un chico o adolescente que llega muy dañado, que no sabe ni lo que quiere, ni sabe bien donde está, ni entiende nada y con el trabajo que vas realizando con él llega un momento en el que es capaz de hacer cosas que ni siquiera tú pensabas que iba a hacerlas, y afrontar su realidad de una manera madura y coherente. Sobre todo, en casos como las intervenciones en las que se produce una vuelta a su entorno familiar. Cuando se dan esas situaciones es muy bonito y muy gratificante, te hace sentirte bien. Es un trabajo de fondo de mucho tiempo y mucho esfuerzo, principalmente por parte de los menores, pero con tu trabajo y con tu guía ves que se pueden lograr, y son momentos muy bonitos. Igualmente, en el caso de los niños que tienen un acogimiento familiar, es muy enriquecedor saber que van a tener esa posibilidad y que tú has participado en ello. Son recuerdos y vivencias especiales que te hacen sentir bien.